Libro I (cero a dos añ Rousseau introduce sus ideas generales acerca del hombre y educación. Cubre específicamente el desarrollo humano temprano. Rousseau retoma ideas de autores anteriores, por ejemplo la propuesta de Locke acerca de “endurecer” al cuerpo de los niños contra los rigores del clima y otras necesidades corporales (hambre, sed, cansancio, etc.). Y generalmente usa un lenguaje retórico que bordea en lo excesivo, buscando la frase lapidaria, fácil de recordar y que tendrá influencia: “Déjese que las madres se dignen a amamantar a sus hijos y la moral cambiará, sentimientos naturales serán provocados doquier y el estado se repoblará”. Rousseau comienza su obra ofreciendo un resumen de su posición general: “Todo es bueno cuando deja las manos del creador de todo, todo degenera en las manos del hombre”. A partir de eso desarrolla su visión: el problema central de la educación es la contradicción entre el hombre natural y la necesidad social por altruismo o, por lo menos, el reconocimiento y aceptación de los derechos de otros: las “instituciones sociales son aquellas que mejor pueden desnaturalizar el hombre, transformar su existencia desde una existencia absoluta a fin de darle una (existencia) relativa y transportar el Ego a la unidad común”. Consecuentemente -para Rousseau- toda sociedad tiene que elegir entre crear un buen ciudadano o un hombre. El problema -para Rousseau- es que desnaturalizar al hombre “el hombre natural” puede vivir en sociedad, lo que requiere que ese hombre natural pierda o controle algunas de esas características naturales, específicamente, el egoísmo que lo impulsa a sacrificar todo interés ajeno en beneficio del propio. Libro II (2 a 12 años) este libro trata la educación en el periodo de la infancia hasta los 12 años y lo inicia insistiendo en la idea que no se debe cuidar ni proteger a los niños de manera excesiva. Tiene tres ideas fundamentales:- La reivindicación de un estatuto y unos derechos propios de la infancia. El concepto de la educación negativa. La educación de los sentidos. Esa es una técnica que se puede ver como antecediendo el Método Montessori, de aprender a través de los juegos. Libro III (12 a 15 años) Este periodo se extiende entre los 12 y 15 años. Dice Rousseau que el tercer estado de la vida del niño es una edad que se aproxima a la adolescencia sin ser todavía la pubertad. Esta etapa se tiene que aprovechar muy bien. Es un momento de fuerza, las energías del cuerpo y del alma exceden las necesidades y los deseos- esto desaparecerá con el inicio de la pubertad. Se dedicara a la instrucción: exploración del ambiente natural con un método activo, adquisición del sentido de lo útil, iniciación en el trabajo y en las relaciones sociales que este lleva consigo un afinamiento de la capacidad de juzgar. Entre todas las cosas que se puede enseñar a Emilio en este periodo, se elegirán aquellas cuya utilidad inmediata pueda entender- no puede comprender las relaciones morales pero sí tiene el sentido de lo útil. Esta noción será el punto de apoyo de la enseñanza.
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Con preguntas y respuestas el educador tratara de mantener despierta la curiosidad, sin satisfacerla nunca por completo. A este propósito Rousseau repite su máxima preferida “recuerda siempre que la ignorancia nunca ha hecho mal a nadie, sólo el error es funesto, nadie se extravía por no saber, sino porque cree saber”. La exploración activa del ambiente y no ambiente La primera tarea que realiza Emilio es la exploración del ambiente natural pero siempre por un medio activo. El preceptor procurara que los hechos naturales despierten la curiosidad de Emilio, bastara una pregunta para que reflexione y termine por encontrar la solución; si sustituís en su espíritu la autonomía de la razón, él no razonará nunca. Adquisición del sentido de lo útil Emilio ya es capaz de entender lo que será útil para su felicidad física. La utilidad seleccionara el contenido de la instrucción y será un buen resorte para motivar y dirigir los pasos de Emilio, con algunos experimentos que su preceptor le hace vivir a propósito Emilio descubre la utilidad de la astronomía y la química. Rousseau piensa que Emilio a esta edad sólo debe conocer y manejar el libro Robinson Crusoe ya que en el aprenderá cómo encontrar en la naturaleza lo útil para la vida. El trabajo y la sociedad Emilio debe conocer las artes industriales, en las que diversos sujetos se dividen el trabajo. Se introducirá de esta manera en el mundo de las relaciones sociales, pero no todavía en su aspecto moral. Como trabajar es un deber indispensable para el hombre social, Emilio aprenderá un oficio (aunque por su patrimonio no le haga falta) será carpintero; también entenderá la función de la moneda. El perfeccionamiento del juicio Hace años Emilio sólo tenía sensaciones, ahora tiene ideas, antes sentía, ahora juzga. En la sensación el sujeto es pasivo, en el juicio es activo, y con la actividad aparece le posibilidad del error. Lo mejor sería no juzgar, como no es posible enseñaremos a Emilio a juzgar bien, “la mejor manera de aprender a juzgar es la que tiende a simplificar más nuestras experiencias y a permitirnos prescindir de ellas sin caer en el error”. Termina el libro III con un retrato de Emilio de 15 años “Emilio tiene pocos conocimientos, pero los que tiene son verdaderamente suyos, porque no sabe nada a medias”. Emilio tiene conocimientos naturales y puramente físicos, conoce las relaciones esenciales entre los hombres y las cosas, pero no las relaciones morales entre hombre y hombre. Emilio es laborioso, templado, paciente, resuelto, lleno de coraje; su imaginación no está agrandada, no sabe lo que es la muerte. No tiene vicios, o muy pocos como todos los hombres, tiene el cuerpo sano, las manos y piernas ágiles, el espíritu justo y sin prejuicios. Libro IV (15 a 20 años) Una vez que los niños son físicamente fuertes y han aprendido a observar cuidadosamente el mundo, están listos para la última parte de su educación: los sentimientos “Tenemos un ser activo y pensante. Sólo nos queda, a fin de completar al hombre, hacer un ser amable y sensible - es decir, perfeccionar la razón con el sentimiento”. Rousseau creía que sólo al llegar a la adolescencia somos capaces de comprender las emociones humanas complejas, especialmente, la simpatía. (Rousseau usa a través de este libro la palabra amor, en el sentido que tenía originalmente: interés en el bienestar de otros). Es en este punto que el joven puede finalmente ser introducido al mundo social y ser socializado completamente.
Al mismo tiempo pueden ser introducidos a la religión. Rousseau creía que niños son incapaces de entender conceptos tales como alma y que, por lo tanto, enseñarles esas cosas antes de su
adolescencia es peligroso. Dado que el niño será incapaz de comprender los conceptos religiosos complejos, no los creerán, aceptaran o seguirán, a pesar que los repitan: “Es un mal menor ser ignorante de Dios que ofenderlo”. Este libro contiene la famosa “Profesión de la fe del vicario saboyano”, sección que llego a ser muy conocida, como consecuencia de que fue generalmente utilizada como excusa para la prohibición y quema de la obra, dado que puede ser interpretada como proponiendo una religión natural, sin recurso a la verdad revelada o la "necesaria guía" de la iglesia, todo lo cual es contrario a la posiciones cristianas aceptadas. Sin embargo conviene mantener presente que en esa sección Rousseau -de la misma manera que ilustra otras propuestas en la obra- sólo da un ejemplo de cómo la materia puede ser introducida en la educación y el tipo de argumentos que pueden ser usados, pero sin buscar avanzar una propuesta acerca de lo que se debe creer. En otras palabras -y en una manera que posteriormente se hizo común- busca sustentar el amor a los otros en un motivo que no se puede originar en el egoísmo natural de los humanos, por lo tanto, un motivo que requiere un agente externo, supra natural. Casi a los 15 años Emilio entra en la adolescencia, época de notables cambios fisiológicos y morales; con la pubertad se despiertan las pasiones y la voz de la conciencia, ha llegado el momento de la educación moral y comenzara a pensar en la formación de una futura familia. La crisis de la pubertad Después de los primeros 15 años los diferentes signos anuncian la pubertad: la inquietud de las pasiones; los cambios de humor; se altera la fisionomía, se puebla de barba, cambia la voz; por los ojos se asoma al exterior el encendimiento del alma; la cercanía de una mujer produce ahora un estado de turbación y timidez. A Rousseau no se le escapa la importancia del periodo evolutivo que conocemos como pubertad. Las pasiones no tienen un arraigo natural en el corazón del niño. Con la llegada de la adolescencia las pasiones están en el corazón de Emilio y su educación ya no se podrá eludir, pero hay que tener cuidado. Se debe procurar que la inocencia infantil dure lo más posible. La pubertad se adelanta antinaturalmente cuando se pretende retrasarla. El único medio para conservar la inocencia de los niños es que quienes los rodean la respeten y la amen. Si falta esta condición, todo disimulo será inútil. Las respuestas han de ser siempre verdaderas y simples acomodadas a su edad. El criterio general es siempre el mismo, respetar el curso natural de las cosas. La educación moral de las pasiones Tarde o temprano llegara el momento de afrontar la educación moral. Con este fin Rousseau hace una breve exposición de la naturaleza y las finalidades de las pasiones. No todas las pasiones que experimentamos son naturales. Las pasiones naturales son muy limitadas. Pero estas se ven modificadas por causa extrañas a la naturaleza (opiniones y prejuicios sociales). El origen y principio natural de las pasiones es el amor de sí. Del amor de sí surge la benevolencia hacia los que los rodean; al ampliarse las relaciones con los demás aparecen las compasiones y preferencias, y a la preferencia por alguien va unido el deseo de ser preferido por él. Nace el amor propio, el odio, la venganza, el engaño. El pensamiento de Rousseau se hace difícil y paradójico. Si las pasiones malas no vienen de la naturaleza, vienen entonces de la sociedad. Rousseau advierte que Emilio debe conocer ambas pasiones para prepararse a la vida en sociedad.
Frenar la imaginación es la tarea esencial para la educación de las pasiones. Los errores de la imaginación convierten a las pasiones en vicios, de ahí la necesidad de saber cuáles son las verdaderas relaciones del hombre consigo mismo y con los demás.
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